Miguel Trillo y las ideologías juveniles

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El recorrido que propone la exposición ‘Afluencias. Costa Este-Costa Oeste’, sobre Miguel Trillo, muestra el interés del artista por las tribus urbanas

A la exposición retrospectiva sobre Miguel Trillo (Jimena de la Frontera, Cádiz, 1953), Afluencias. Costa Este – Costa Oeste, comisariada por Javier Díez, que hoy se inaugura en Tabacalera (Madrid), sólo le falta la música, aunque en realidad la música va incorporada en cada una de sus instantáneas. Fotógrafo de las tribus urbanas, de la periferia, de los grupies, de los inadaptados en la edad de la rebeldía. Porque los rostros que retrata primero en Madrid —en la década de los 80’s _ y luego en Hanói, Saigón, Rabat, Casablanca, Nueva York y Los Ángeles, son siempre jóvenes y singulares, tienen una voz disconforme que se manifiesta a través de la vestimenta. Punks, hiphoperos, skaters, siniestros, heavies, antisistema o anti-poperos que son el reflejo de lo individual dentro de lo global, ya que si los perfiles que fotografía Miguel apuntan a una rareza que los hace especiales, también establecen una conexión dentro de la globalización que es justamente la que los hace igual de intercambiables que de únicos. De ahí las afluencias que son también confluencias que conforman una línea discursiva coherente en su trabajo y que hace pensar que sus instantáneas tienen un hilo conductor universal que se propaga desde norteamérica a todos los países, de todas las ideologías. Miguel Trillo es consciente de esto, por eso viaja a ciudades capitales, muy distantes entre sí, para encontrar la pieza clave que hará la maravilla en su particular colección mientras observa los cambios de actitud en el tiempo. Cómo él reconoce, actualmente la gente espera ser fotografiada, posa complaciente y gustosa de sentirse especial y tal vez de alcanzar la fama, aunque sea la efímera, la de estar en el momento adecuado y que justamente por allí pase Miguel Trillo, como un cazatalentos de lo inaudito en un mundo globalizado y conectado.

—La exposición podrá verse hasta el 19 de noviembre en Tabacalera Promoción del Arte (Embajadores, 51). Sin duda una oportunidad excepcional de descubrir o de avanzar en el conocimiento de este fotógrafo en un espacio que no podía resultar más apropiado—